Laura esperaba impaciente esa llamada, sabía que a partir de
ese momento todo cambiaría, y en el fondo, ella había propiciado esa
metamorfosis. Estaba mal, no había actuado de la manera más correcta pero de
pequeña le enseñaron a dejarse llevar por sus impulsos más primarios, y eso
hizo.
En la puerta aguardaba la maleta preparada hace días, tenía
todo bajo control así que solo tenía que permanecer en absoluto silencio hasta
que el tono vibrante de su teléfono la despertara de esa taciturna excitación.
El tiempo transcurría y no llegaba la tan ansiada señal, decidió esperar
tumbada en su sofá de lectura, ese que cada noche la acogía con los brazos
abiertos, hasta que sin darse cuenta Morfeo apareció en su busca.
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Ansiaba leeros...