28 de marzo de 2013

Tempus fugit


Cambian los colores y con ellos el tiempo. Nos recuerdan un eterno tempus fugit, esa mutabilidad de la naturaleza que a nosotros nos pasa tan desapercibida. No tenemos esos minutos para pararnos a pensar que todo lo que tenemos hoy, mañana quizá no está, que esas preocupaciones que hoy no nos dejan respirar, la próxima semana o en las próximas horas nos serán insignificantes. 

Para, solo unos segundos, observa y esboza esa sonrisa que provocan los atardeceres y el paso a una nueva luna.

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