4 de junio de 2013

Domingos


Llevo días mirando esa ventana, esperando que en algún momento aparezcas observándome, escondida, como solías hacer. No soy ni siquiera consciente de que lo hago, aún espero encontrarte donde siempre aunque sé que ya no estás, simplemente ya no estás para mí. 
Te echo tanto de menos, más de que lo puedo creer. Intento que la vida siga como siempre, aunque en ese siempre ya no estés. Envidio esas manos que pueden tocarte cada mañana, envidio a todos aquellos que pueden escucharte. Sólo dame un poco, vuelve a asomarte a nuestra ventana. Estaré ahí, esperándote, como cada domingo.

2 de junio de 2013

Café

Ese café... qué daría yo solo por acercarme a esa taza, por rozar la misma superficie que antes han tocado tus manos, por notar tú sabor aún impregnado en el borde. Me pierden las ganas. No dejo de imaginarme cómo sería volver a sentirte, sentir ese calor que me llevaba hasta lo más alto, donde solo tú supiste subirme. Te busco, en cada rincón, en cada palabra y en cada suspiro. En el mínimo detalle apareces tú, y como no podía ser de otra forma esos posos de café irremediablemente me llevaron a ti.