2 de junio de 2013

Café

Ese café... qué daría yo solo por acercarme a esa taza, por rozar la misma superficie que antes han tocado tus manos, por notar tú sabor aún impregnado en el borde. Me pierden las ganas. No dejo de imaginarme cómo sería volver a sentirte, sentir ese calor que me llevaba hasta lo más alto, donde solo tú supiste subirme. Te busco, en cada rincón, en cada palabra y en cada suspiro. En el mínimo detalle apareces tú, y como no podía ser de otra forma esos posos de café irremediablemente me llevaron a ti.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Ansiaba leeros...