Ese café... qué daría yo solo por acercarme a esa
taza, por rozar la misma superficie que antes han tocado tus manos, por notar
tú sabor aún impregnado en el borde. Me pierden las ganas. No dejo de
imaginarme cómo sería volver a sentirte, sentir ese calor que me llevaba hasta
lo más alto, donde solo tú supiste subirme. Te busco, en cada rincón, en cada
palabra y en cada suspiro. En el mínimo detalle apareces tú, y como no podía
ser de otra forma esos posos de café irremediablemente me llevaron a ti.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Ansiaba leeros...