4 de junio de 2013

Domingos


Llevo días mirando esa ventana, esperando que en algún momento aparezcas observándome, escondida, como solías hacer. No soy ni siquiera consciente de que lo hago, aún espero encontrarte donde siempre aunque sé que ya no estás, simplemente ya no estás para mí. 
Te echo tanto de menos, más de que lo puedo creer. Intento que la vida siga como siempre, aunque en ese siempre ya no estés. Envidio esas manos que pueden tocarte cada mañana, envidio a todos aquellos que pueden escucharte. Sólo dame un poco, vuelve a asomarte a nuestra ventana. Estaré ahí, esperándote, como cada domingo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Ansiaba leeros...